Voz del Ser

• La voz es un poderoso instrumento de autoconocimiento y de conexión con el Ser.
• La voz es una vía para el descubrimiento de nuestra singularidad.
• La voz nos permite manifestar nuestros dones.
• La voz es una fuente de gozo y alegría.
• La voz es el espejo perfecto que nos muestra nuestros estados interiores.
• La voz es el instrumento musical número uno por excelencia.
• La voz es un medio idóneo para desarrollar nuestro potencial creativo.
• La voz nos permite proyectar emociones y pensamientos elevados, tales como amor, respeto, generosidad, humildad, dulzura, etc.
• La voz puede sanar todo lo que está vivo. Es un instrumento poderosísimo que hay utilizar con sabiduría y bondad.
• La voz es la portadora de la Palabra Sagrada. Por ello hay que educarla, cuidarla, preservarla y usarla solo para la función a la que está destinada originalmente: la creación de un estado sutil de vibración.

Nuestra voz puede llegar a mostrar nuestro enorme potencial interior.  Muestra nuestra creatividad y capacidad de proyectar luz y amor, nuestros dones y capacidad de dar y nuestra belleza interior. También muestra los aspectos sombríos de nuestro mundo interno, aspectos que debemos transmutar e integrar.

Usamos nuestra voz para expresarnos, comunicarnos y relacionarnos con otras personas. Cuanto más “afinados” estemos con nuestra verdadera voz, más veraz será nuestra expresión y comunicación, y más íntima y profunda será nuestra relación con nosotros mismos y con los demás.

Una relación sana con nuestra voz significa reconocer y aceptar nuestra voz tal y como es. Ello se consigue liberándonos de los propios juicios. Lo que nos conducirá a tener experiencias de gozo y de alegría.

En la Escuela del Ser la voz es considerada el instrumento musical por excelencia. Es un medio musical que llevamos incorporado en nuestro propio cuerpo, el más cercano a nuestro corazón. Toda enseñanza de la música en la Escuela del Ser se deriva del aprendizaje de la voz y del canto.

Lo primero que trabajamos es el aprendizaje y desarrollo en la conciencia de un espacio contemplativo de multi-atención.

Este espacio contemplativo de multi-atención en la conciencia, permite iniciar el cultivo de la voz desde un espacio del sentir, un espacio esencial y sin forma aparente, algo difícil de comprender y de aceptar para nuestra mentalidad occidental.

Sin embargo, la presencia o no de este espacio contemplativo en la conciencia, marca una diferencia sustancial en la comunicación y la expresión, lo que sí es fácilmente reconocible por cualquier persona occidental.

Es la diferencia entre la expresión de “algo que te llega”, que tiene un impacto emocional positivo, o de “algo que pasa desapercibido” y se olvida rápidamente. Pues está desprovisto de presencia.

La expresión -sea mediante la palabra, canciones, interpretaciones musicales, teatrales o cualquier otra expresión artística- puede darse en nuestras relaciones personales y afectivas, en un entorno laboral o sobre un escenario.

Más allá de la forma que usemos para expresarnos, lo importante es el espacio interior de presencia y de conciencia desde el que nos comunicamos. La capacidad de una persona de transmitir, de emocionar, de llegar al corazón del otro, es directamente proporcional a su capacidad de mantener un estado de presencia y de conciencia.

Por ello en la Escuela trabajamos, desde el primer instante, el espacio contemplativo, cuyo aprendizaje y estabilización conduce a un estado de presencia significativo.