Esta área es nueva dentro de la Escuela, pero no para su fundador. Aunque es un campo muy explorado y conocido desde hace milenios en algunas escuelas orientales, apenas lo es en occidente. No obstante se está investigando en él recientemente y puede llegar a tener una aplicación grande en el campo de la sanación.
El interés en este campo por parte del fundador de la Escuela comienza hace más de tres décadas, cuando entra en contacto con la antigua ciencia de los mantrams. Es cuando conoce las palabras sagradas del idioma sánscrito. Accede a ellas a través de los cantos devocionales hindúes, los mantrams y la recitación de los Vedas (las más antiguas escrituras sagradas de la actual civilización).
En ese periodo estudia y se sumerge en el sonido sagrado incorporándolo someramente en su propio trabajo como compositor. Pero no es hasta hace dos décadas cuando comienza a darse cuenta cabal del tremendo potencial transformador que tienen los mantrams.
El sonido del éter ha sido utilizado desde hace milenios como un potente instrumento de sanación. Pero este empleo siempre estuvo reservado a personas altamente cualificadas y de elevada conciencia, las cuales no mostraban dicho conocimiento por temor a que fuera mal utilizado. Hoy en día se ha extendido el uso de este sonido por todo el planeta y no siempre se usa adecuadamente. Por ello la Escuela, que conoce en gran medida el poder de los mantrams o sonido Etérico, lo preserva como algo preciado. Y no lo plantea en su propuesta pedagógica como un área que deba ser promocionada, sino más bien respetada y cuidada.
El sonido de los mantrams puede ser interno o externo. El sonido interno es mas poderoso y profundo que el externo, aunque este tiene, ciertamente, un alcance transcendente.
El sonido interno es considerado el sonido del éter, el cual guarda una estrecha relación con el sonido de la mente, el sonido de los pensamientos. Por eso es tan importante vigilar que tipo de pensamientos crea la mente.
El mántram – existe una extensísima variedad de ellos – se utiliza en primera instancia como elemento neutralizador del pensamiento lineal de la mente. Pero es su cualidad como re-programador lo que lo convierte en una herramienta vital para la transformación de la mente.
El trabajo con el sonido del éter no tiene fin. La Escuela propone un trabajo de investigación serio, responsable y comprometido. Es dentro de este contexto donde se realizan trabajos de investigación con los sonidos puros de la naturaleza y con instrumentos acústicos y electro-acústicos.
Así mismo se estudian los mantrams en profundidad: su alcance terapéutico y su poder de transformación del cuerpo astral y del cuerpo mental.
Podrán acceder a estos estudios las personas que hayan hecho un trabajo previo en la Escuela en las áreas de voz y de autoconocimiento de al menos cuatro años y que hayan demostrado con actos su impecabilidad a la hora de cuidar la enseñanza que la Escuela les ha proporcionado.